El 12 de diciembre de 1991, la Convención Anual del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO declaró el Centro Histórico de Lima Patrimonio Cultural de la Humanidad, basado en los siguientes criterios:
Excepcionalidad: el Centro Histórico de Lima representa una expresión única de un proceso cultural regional, que preserva sus valores arquitectónicos, tecnológicos, tipológicos, estéticos, históricos y urbanos adaptados en términos de disponibilidad de materiales, clima, terremotos y los requisitos de la sociedad.
Integridad: aunque la ciudad ha sido seriamente dañada por varios terremotos, el área delimitada mantiene todos los elementos y características físicas que transmiten su valor universal, dentro de una extensión lo suficientemente amplia.
Autenticidad: Lima conserva en gran medida las características originales del diseño de sus cimientos urbanos, como un tablero de ajedrez, y el área de expansión desde el siglo XVI hasta el XIX, incluidos los antiguos caminos prehispánicos.
La preservación de una ciudad declarada Patrimonio cultural conlleva la responsabilidad de cumplir con los compromisos establecidos en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972. Así como las recomendaciones de aplicación estricta de la Misión de Asesoramiento del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO e ICOMOS Internacional que visitó Lima el 2017:
La declaración del Centro Histórico de Lima como Patrimonio Cultural de la Humanidad, significa un reconocimiento al espacio forjado por varias generaciones, y constituye un importante testimonio de la historia y la cultura del Perú.
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