El Museo de Artes y Tradiciones Populares “Luis Repetto Málaga” (MATP) del Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú ha tenido una historia, a lo largo de sus 45 años de existencia, de vinculación y articulación entre la universidad, los artistas tradicionales y la comunidad circundante al espacio museístico.
El MATP se creó el 25 de octubre de 1979 por iniciativa de Mildred Merino de Zela, destacada etnógrafa peruana y Luis Repetto Málaga, museólogo y gestor cultural, quienes luego de los debates que se dieron en el Instituto Riva-Agüero tras la entrega del Premio Nacional de Cultura de 1975 al retablista ayacuchano Joaquín López Antay, se dieron cuenta de la necesidad de contar con un museo que conserve y difunda el arte tradicional de nuestro país, recolectando un acervo que en la actualidad alcanza más de 10 000 obras de diversas procedencia y materiales.
Es un museo que conserva, restaura, investiga y exhibe colecciones, pues desde sus inicios buscó integrar a sus inventarios, acervos conformados con un sentido estético, académico o de investigación por los coleccionistas e investigadores que las crearon durante el siglo XX. El 99% de sus piezas han ingresado mediante donaciones, mientras que el porcentaje restante fue adquirido a través de compras a coleccionistas.
El MATP fue con el tiempo, ganando espacios dentro de la Casa Riva-Agüero, tanto para sus depósitos así como para sus exposiciones, que en un primer momento fueron temporales, para luego tener por unos años una muestra permanente y luego regresar a la temporalidad hasta que fue cerrado por la pandemia en el año 2020, reabriendo sus puertas el año 2023 en la Casa O’Higgins, espacio donde se ha trasladado de forma temporal mientras se realiza la restauración integral del espacio donde se fundó, la casona Riva-Agüero.
Viendo el desarrollo histórico del MATP, en el primer lustro de su creación, encontramos diversas actividades adicionales a las exposiciones temporales que se realizaban, como talleres educativos, cursos y conversatorios relacionados al arte popular de nuestro país. Eran convocatorias enfocadas en los familiares de los colaboradores del instituto y del museo, acompañadas de una incipiente campaña publicitaria realizada de forma empírica por la administración del museo.
Además de estas actividades, el museo fue incrementando su acervo, por lo que las tareas de sus colaboradores se comenzaron a centrarse en la gestión de sus colecciones, por lo que se dejó de lado hasta la segunda década del nuevo siglo, las actividades relacionadas a talleres educativos y el trabajo con la comunidad universitaria y la comunidad circundante.
Por otro lado, durante este periodo, la jefatura del museo comenzó un programa de asesorías y trabajos de museografía externas, a través de colaboraciones con otras instituciones públicas y privadas. Lo más cercano a un trabajo educativo fueron las visitas concertadas con algunos colegios, en las cuales se hacían mediaciones con los maestros y alumnos, para que posteriormente los profesores continúen con un taller o actividades dirigidas en sus salones de clase. Este acercamiento a la función educativa no formal del museo fue insuficiente.
El MATP continuó con las exposiciones temporales (entre 3 y 4 cada año) hasta el año 2019 cuando cumplió 40 años de fundación, momento en el cual se inauguró una gran exhibición de aniversario, la cual ocupó tanto el local del museo en la Casa Riva-Agüero y las salas de exhibición de la Casa O’Higgins. En ese periodo de tiempo se comenzó a proyectar lo que sería un programa integral de actividades educativas, el cual quedo en fase de preparación de diseño, debido a la pandemia.
En el año 2023 cuando el Instituto Riva-Agüero reabrió sus puertas a las actividades presenciales, se realizó la primera exposición del MATP denominada “MATP, 40 años” que fue una adaptación al nuevo espacio (más pequeño que el del museo) de la última muestra curada por Luis Repetto Málaga, su jefe fundador. Esta nueva ubicación, nos acerca más a las comunidades que viven en los alrededores del Centro Histórico del Lima y los distritos aledaños como el Rímac, Los Olivos y San Juan de Lurigancho. En el nuevo espacio, donde temporalmente están funcionando las oficinas, el taller de restauración y parte de los depósitos del museo, se ha coordinado con la administración de la Casa O’Higgins la realización de una exposición temporal anual que dure entre 3 a 4 meses.
Es entonces que el museo comenzó un programa de actividades educativas que acompañen y hagan integral su labor para con la comunidad circundante y la comunidad universitaria, mediante talleres educativos dirigidos por arte educadoras de gran experiencia, quienes realizaron 5 actividades dirigidas a niños y familias, utilizando elementos temáticos de la exposición como retablos, máscaras, mates burilados, muñecas tradicionales, entre otros.
Los talleres resultantes fueron exitosos, se alcanzó a un gran número de participantes (125); en un primer momento se pensó que los talleres sean solo para niños, pero los padres, tíos y abuelos comenzaron a participar y finalmente se adaptaron las temáticas para grupos familiares. Se logró obtener un rango de edades y procedencia de los participantes. Además, se pudo conocer cuáles serían los temas de exposiciones y actividades educativas futuras que estos públicos requerían.
Junto a los talleres se realizaron 3 conciertos de música costeña, andina y amazónica, preparados en conjunto con CEMDUC-PUCP, los cuales tuvieron una gran acogida. Todas estas actividades y eventos se desarrollaron público que visita los fines de semana el Centro Histórico y especialmente los que recorren el jirón de la Unión.
Luego de la experiencia con estas actividades, el MATP comenzó la preparación de la primera exposición presencial tras la pandemia y que servirá para celebrar sus 45 años de existencia.
Esta muestra ha sido denominada “Retablo. Cajón de Maravillas” y su diseño e investigación se inició en julio del 2023, y comprende la exhibición de 70 retablos, y la propuesta museográfica se divide en cuatro espacios: el primero que es una inmersión en las formas, diseños y colores de estos cajones; el segundo espacio, en el cual tenemos una visión del desarrollo histórico y el paso de cajones de sanmarkos hacia los retablos, así como dos salas dedicadas a la obra de Joaquín López Antay y el legado familiar de Florentino Jiménez Toma, respectivamente; finalmente, termina el recorrido en un espacio donde se pueden apreciar nuevas propuestas de retablistas y de artistas plásticos que han utilizado el cajón de maravillas para expresarse en diversos sentidos más allá de lo tradicional o decorativo.
Además, la nueva exposición contará nuevamente, con talleres y conversatorios, en los que no solo participarán los visitantes del centro de la ciudad, sino también la comunidad universitaria, ya que hemos articulado esfuerzos no solo con unidades de la universidad vinculadas al tema de cultura y responsabilidad social, sino también con la Facultad de Educación, mediante el uso de la exposición dentro de los cursos regulares que se imparten dentro de ella. Así, el Museo de Artes y Tradiciones Populares “Luis Repetto Málaga” regresa a su esencia y a una de las principales funciones de un museo relacionado a comunidades, que es su participación en la educación no formal, pues los visitantes, el museo y los educadores, van a trabajar en equipo para completar y definir propuestas que servirán para escuchar y generar propuestas de enseñanza, donde todos los participantes sean escuchados.
Esperemos que, a futuro, podamos dar un siguiente paso con la elaboración de curadurías participativas, en las cuales el personal del museo pueda aprender y escuchar las necesidades de conocimiento y de expresión del público y las comunidades circundantes.
Por: Claudio Mendoza
Museo de Artes y Tradiciones Populares “Luis Repetto Málaga”
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