GIUSEPPE OREFICI, ARQUITECTO Y ARQUEÓLOGO, DIRECTOR DEL CENTRO ITALIANO STUDI RICERCHE ARCHEOLOGICHE PRECOLOMBIANE (CISRAP) DE BRESCIA, ITALIA.

Presidente del Centro de Estudios Arqueológicos Precolombinos (CEAP) en Nasca, Perú. Director del Museo Arqueológico “Antonini” de Nasca. Ha dirigido campañas arqueológicas en varios países de América Latina, y en 1977, inició sus investigaciones en la sierra y selva del Cusco.

Desde 1982 dirige el Proyecto Nasca, interviniendo en la necrópolis de San José y estudiando los petroglifos y geoglifos del territorio. Amplió sus investigaciones en 1983 en Pueblo Viejo; y a partir de 1985 se ha dedicado a la investigación de Cahuachi y Pueblo Viejo (Nasca), y Huayuri (Palpa), develando aspectos desconocidos del centro ceremonial y de su relación con los asentamientos cercanos.

Es autor y coautor de numerosas publicaciones en varios idiomas, entre monografías y artículos científicos. Es Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Federico Villareal, Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, y Universidad Ricardo Palma.

¿Cuáles son los objetivos del trabajo de investigación de su libro, Cultura alimentaria de los antiguos Nasca, publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de San Martín de Porres?.  

Para analizar la Cultura Nasca a través de los elementos que emergen del estudio arqueológico, es determinante comprender cómo se desarrollaba la vida cotidiana y colectiva de la comunidad y, al mismo tiempo, reconstruir las principales características de sus costumbres alimentarias. El gran hiatus que se produjo con la declinación de esta cultura, nos impide tener una visión clara de muchos rasgos típicos de los Nasca. El surgimiento de Wari en la Costa, la desaparición de la clase sacerdotal y los grandes cambios que se produjeron en todo el territorio del Perú durante el Horizonte Medio, contribuyeron a la fragmentación y en gran parte a la cancelación de muchos factores necesarios para la reconstrucción del pasado de la Cultura Nasca. Al declinar esta sociedad caracterizada por un sistema de vida colectiva, que perduró alrededor de mil años dominando un vasto territorio bajo un gobierno teocrático, se borró una importante página de la historia del hombre de la Costa del Perú. Posteriormente, debido a la sucesión de otro dominios o influencias, como los Señoríos Ica-Chincha y las superposiciones Inca y Española, se anularon los relatos de la tradición oral, borrando la transmisión del pensamiento y de la historia anterior.

Gran parte de la economía Nasca estaba basaba en la agricultura, pero su experiencia social se desarrolló incluyendo sistemas políticos cercanos y también influenció grupos humanos que se encontraban a grandes distancias, exportando su ideología religiosa y sus creencias ancestrales codificadas en la iconografía de sus productos textiles y cerámicos. Por lo tanto, la interacción entre grupos humanos diferentes, pero unidos bajo el mismo concepto religioso, fue el elemento más importante que determinó el desarrollo de la expresión cultural de Nasca.

El principal objetivo del trabajo de investigación del libro, Cultura Alimentaria de los antiguos Nasca, fue coadyuvar al conocimiento a través de las tradiciones alimenticias, del significado de la adaptación de la población al territorio desértico, el sistema nutricional en el mundo social, y las eventuales relaciones con la estructura política de los Nasca. Ha sido determinante reconocer la diferenciación de los recursos, que a menudo son directamente relacionados a grupos humanos distintos, lo cual ha permitido la afirmación de técnicas culinarias y una dieta típica del territorio. Sin embargo, recuperar el conocimiento de las tradiciones alimentarias de una sociedad representa una medición de sus respuestas adaptativas a la presión ambiental, identificando los mecanismos culturales aplicados para sostener una población bien alimentada tanto en épocas de abundancia como de escasez. Así mismo, es particularmente difícil rescatar las evidencias de una realidad vinculada con el sistema político-social que no ha dejado escritura y se ha expresado por medio de una iconografía muy estricta, relacionada sobre todo con el simbolismo ancestral de su cosmovisión. Además, la falta de una tradición cultural que llegue hasta nuestro tiempos, contrariamente a lo que ocurrió con las culturas de la Sierra, determinó que una posible reconstrucción del mundo Nasca sea mediante la arqueología, uno de los elementos necesarios e indispensables.

¿Podrías explicarnos cómo se ha sido ese proceso de investigación y cuánto tiempo ha tomado?

El proceso de investigación sobre la cultura alimentaria de la población Nasca empezó paralelamente con los primeros trabajos del Proyecto Nasca en 1982, con una metodología que se está aplicando hasta la fecha. En las investigaciones arqueológicas siempre se ha contado con la presencia de especialistas en diferentes disciplinas desde la fase del análisis preliminar en el campo, para obtener y comparar los datos necesarios para la reconstrucción de los rasgos socio-económicos de la población objeto del estudio. La comparación entre los materiales procedentes de sitios habitacionales y de lugares ceremoniales, ha determinado la diferenciación de los elementos que han contribuido al conocimiento de las principales características de la vida cotidiana y ritual de la población Nasca.

El estudio del botánico Luigi Piacenza, que durante 30 años colaboró con el Proyecto Nasca, fue determinante en la recuperación de la mayoría de los datos relativos a la dieta de la población entre 500 a.C. y 500 d.C., ofreciendo un panorama claro de los productos agrícolas utilizados en ese período. Se procedió efectuando estudios específicos de los instrumentos agrícolas e implementos líticos hallados en las excavaciones, de los materiales utilizados en la caza y pesca, así como el análisis de los productos vegetales y animales autóctonos e importados. De esta manera, fue posible obtener las evidencias arqueológicas necesarias para comparar las muestras halladas con elementos procedentes de otras regiones u otros contextos culturales, también de épocas posteriores. El esmerado análisis de los restos botánicos del Proyecto Nasca que Luigi Piacenza realizó bajo el perfil etno-histórico, fue de gran ayuda para la reconstrucción de los sistemas de cultivo y para constatar la presencia de varias especies botánicas endémicas.

Durante el trabajo de campo y registro de los materiales se ha dedicado una particular atención a la naturaleza de los productos alimenticios hallados, tratando de obtener muestras válidas para efectuar análisis de laboratorio. El estudio de la dieta de la población Nasca fue constante en los últimos 38 años de actividad y se realizó en todas las fases del trabajo de campo, así como durante las actividades de gabinete.

¿Por qué los alimentos constituyen una expresión además de cultural, también religiosa con ofrendas ceremoniales?

Para el conocimiento de las costumbres alimenticias de la población Nasca es necesario analizar su vida cotidiana, y el uso de algunos elementos comestibles utilizados en su dieta durante el año y en los territorios de su influencia, así como la importancia atribuida a cada uno de ellos. En las excavaciones del Proyecto Nasca se registró el uso de estos alimentos no solo bajo el perfil nutricional, sino como ofrendas rituales o dentro de los ajuares funerarios.

La comparación entre los materiales arqueológicos procedentes del centro ceremonial de Cahuachi proporcionó nuevos datos relacionados con la utilización de ciertos alimentos fuera de un contexto puramente nutricional, y que más bien tenían una atribución sagrada y con funciones ceremoniales. Además, hay que considerar la presencia de víveres que traían consigo los peregrinos que provenían de la Sierra o de otras localidades, donde la influencia de Nasca fue determinante para su desarrollo religioso y cultural. La fusión entre estos diferentes sistemas de alimentación y la utilización de algunos elementos vegetales y animales con fines religiosos o relacionados con las actividades colectivas, determinó un intercambio continuo entre materiales diferentes en un vasto territorio, justificando así su presencia extraña al lugar de origen. No hay que subestimar la importancia de productos agrícolas, marinos o relacionados con la crianza de animales, para analizar coherentemente la función de materiales diferentes en las áreas destinadas a las actividades colectivas con fines ceremoniales.

Las ofrendas que se encuentran en el centro ceremonial de Cahuachi, son importantes para la reconstrucción de la liturgia celebrada durante las actividades colectivas, pero también para el estudio de alimentos rituales que no forman parte de la alimentación cotidiana de la población. En el libro publicado por el Fondo Editorial de la Universidad San Martín de Porres, se ha intentado considerar la alimentación de la población Nasca a través de los materiales hallados en toda la duración del Proyecto, sin olvidar de analizar los productos que los peregrinos, en sus viajes a Cahuachi, traían consigo para superar los problemas de los traslados que podían tomar un tiempo largo. En este caso, el hecho de escoger alimentos más livianos y con valores nutricionales elevados habría tenido un valor prioritario.

Comments are closed.