Juan Carlos Paredes Izquierdo | Director del Instituto de Investigación de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la USMP

¿Cuáles son los planteamientos de la Organización Mundial del Turismo en torno al patrimonio cultural, su valoración, conservación, salvaguarda, y su uso turístico; y qué señala específicamente el Código Ético Mundial para el Turismo?

La Organización Mundial del Turismo (OMT) es un organismo especializado de las Naciones Unidas. Como tal, orienta su acción hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Así mismo, la OMT comparte los valores, principios rectores y objetivos generales de las instancias que conforman el Sistema de las Naciones Unidas, particularmente de los organismos vinculados, como la UNESCO, cuyas funciones incluyen la conservación y salvaguardia del patrimonio cultural.

Hoy en día, el turismo ya no es considerado una actividad enfocada casi exclusivamente en el descanso y la diversión del turista. Por el contrario, se le considera un medio para el desarrollo del ser humano, que contribuye al entendimiento mutuo entre los individuos y las sociedades, y que es capaz de mejorar las condiciones de vida de las comunidades en los destinos. De todas las modalidades de turismo, una de las que más se adecúa a esta manera de entenderlo, es el turismo cultural, el cual constituye una de las prioridades de la OMT. No obstante, como sucede con otras actividades humanas, el turismo también puede ser depredador, especialmente si se desarrolla sin planificación ni control.

El objetivo 11.4 de los ODS hace énfasis en la necesidad de proteger y conservar el patrimonio cultural del mundo. Diversos informes, manuales y declaraciones de la OMT están alineados con este objetivo. Por su parte, el Código Ético Mundial para el Turismo señala el marco de referencia para el desarrollo de la actividad turística a escala global, precisando que el turismo debe contribuir al respeto, mantenimiento y protección del patrimonio artístico, arqueológico y cultural, y que los recursos que genere deben asignarse en parte al logro de estos fines. De igual manera, indica que deben condenarse todos los actos que atenten contra el patrimonio cultural. El desarrollo turístico no debe producir el empobrecimiento y estandarización de las expresiones culturales tradicionales como la artesanía y el folklore, sino que debe contribuir a su supervivencia y florecimiento.

Contamos con un documento titulado, Alianza entre turismo y cultura en el Perú́ – Modelos de colaboración entre turismo, cultura y comunidad, que incluye los bienes Patrimonio Mundial de la UNESCO, ¿cuáles son sus planteamientos en relación a su uso turístico?

El informe fue elaborado por la OMT con la participación del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo del Perú, y con el patrocinio del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo de la República de Corea. El documento muestra la riqueza y diversidad de las expresiones culturales y patrimoniales, materiales e inmateriales del Perú. También propone alternativas para su uso turístico sostenible desde una perspectiva que promueve la coordinación y la colaboración entre el turismo, la cultura y la comunidad. En cuanto al Patrimonio Mundial, el documento describe cada uno de los sitios declarados en el Perú y señala que estos le otorgan al país una ventaja comparativa regional como destino de turismo cultural. Dada la originalidad y fragilidad de estas expresiones, el informe incide en algunos puntos críticos cuya atención es necesaria para que su uso turístico sea sostenible. Entre estos se encuentran la necesidad de dotarlos de un valor agregado para el turismo y de atender el problema de la concentración masiva de turistas en el eje Cusco – Machu Picchu.

El documento también presenta los resultados de un análisis FODA. Entre sus hallazgos, se mencionan el desconocimiento de las autoridades locales sobre la necesidad de salvaguardar el patrimonio, la amenaza que representa el tráfico de terrenos, la necesidad de una mayor comunicación entre los agentes involucrados en la conservación del patrimonio y aquellos involucrados en la actividad turística, el impacto de la modernidad y la globalización en las expresiones del patrimonio inmaterial, y las amenazas que representa el cambio climático.

¿Por qué es importante y necesario el diálogo entre los profesionales de la conservación del patrimonio cultural y los profesionales del turismo y que rol juega en este acercamiento la Gestión Cultural?

El turismo cultural implica la participación de diversos agentes y grupos de interés, cada uno con enfoques y objetivos propios. Entre estos se encuentran las entidades vinculadas a la conservación del patrimonio y aquellas centradas en la actividad turística. La relación entre ambas es compleja, especialmente cuando no se produce un diálogo, sino que cada una se acerca al patrimonio exclusivamente desde su propia óptica. La divergencia resultante no solo dificulta el establecimiento de vínculos de complementariedad, sino que genera enfrentamientos. Como consecuencia, puede producirse la ejecución de iniciativas que no son sostenibles o que no satisfacen las expectativas de todos los stakeholders.

La OMT y la UNESCO promueven el diálogo entre ambos grupos para posibilitar la salvaguardia y el uso turístico sostenible del patrimonio cultural, así como el alineamiento de estas acciones con los ODS. Para hacerlo posible, se requiere no solo el cambio de los paradigmas que rigen la acción de los profesionales y agentes involucrados, sino la participación de un profesional que comprenda e integre las necesidades y objetivos de ambos extremos: el gestor cultural. La gestión cultural es la disciplina que desarrolla estrategias y acciones para el uso y consumo (incluido el turístico) de la cultura y el patrimonio. En ese sentido, las instituciones educativas, especialmente las universidades, tienen un rol fundamental como formadoras de gestores culturales, necesarios en destinos como el Perú, cuyas expresiones culturales constituyen su principal atractivo turístico. Un ejemplo de esto, es la Maestría en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo de la Universidad de San Martín de Porres, que este año cumple 20 años de creación.

Las circunstancias actuales, generadas por la aparición del virus SARS-CoV-2, nos obliga a replantear las formas a través de las cuáles usamos, disfrutamos y consumimos el patrimonio cultural. En este escenario se requiere que los gestores respondan con estrategias creativas, innovadoras y sostenibles que garanticen la satisfacción y la salud del visitante, la conservación de las expresiones del patrimonio cultural, la viabilidad económica de la actividad y el beneficio de las comunidades. Esto es sin duda un reto muy grande que los gestores solo podrán lograr mediante el diálogo entre todos los involucrados.

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